Crece la cantidad de personas en situación de calle en Argentina
(Viernes 20 de diciembre de 2024) Informe Fundación COLSECOR - Organizaciones civiles estiman que en algunas ciudades las personas “sin techo” crecieron hasta un 30% en comparación al año pasado. El fenómeno de la aporofobia (violencia y delitos de odio) /
INFORME de Fundación COLSECOR
Conflictos armados, pobreza y falta de políticas inclusivas son algunas de las causas a nivel mundial. En Argentina, escasean las estadísticas oficiales, pero organizaciones civiles estiman que en algunas ciudades las personas “sin techo” crecieron hasta un 30% en comparación al año pasado. La aporofobia, un fenómeno que afecta especialmente a este sector.
Las personas “sin techo” representan una de las problemáticas sociales más complejas y urgentes. A nivel mundial, la situación se agrava en contextos de crisis y conflictos armados, lo que lleva a que millones de personas sean desplazadas forzosamente de sus hogares, sin que se respeten derechos humanos esenciales. En la región, incluida Argentina, la problemática adquiere características particulares, con la desigualdad y la pobreza como telón de fondo. ¿Qué dicen las estadísticas más recientes? ¿Cuáles son las ciudades locales con mayor cantidad de casos? ¿Cómo se manifiesta la aporofobia, el odio a las personas en situación de pobreza?
“Si no somos capaces de ser solidarios, la vida pierde sentido”, suele decir José Pepe Mujica. Su frase invita a la reflexión, porque quienes viven en la calle, en ocasiones no sólo no reciben muestras de solidaridad, son, también, foco de estigma, olvido y violencia. Los sin techo se convierten así en ciudadanos sin voz. En esta agenda pública de fin de año, la Fundación COLSECOR visibiliza una problemática cuyas causas son múltiples y cuyas estadísticas son, cada vez, más alarmantes. Si bien los datos varían mucho de un país a otro y, aunque los números no logren dar cuenta de cómo transitan sus días las personas y familias que duermen en la vía pública, al menos pueden ser un disparador para la reacción y la empatía que reivindica el ex presidente uruguayo y presidente honorario de la Fundación COLSECOR.
A nivel local
En América Latina pesan las desigualdades sociales y económicas. Según la CEPAL, casi un tercio de la población vive en la pobreza y, para muchos, la calle se convierte en un escenario real. Argentina es un reflejo de lo que pasa en la región: cerca de la mitad de la población (49,9%) es pobre y el 13% es indigente (es decir un punto más que el 12% registrado en 2023), según los números publicados recientemente por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina.
Si se pone la lupa de esos pobres o indigentes que perdieron el hogar, el último Relevamiento Nacional de Personas en Situación de Calle (ReNaCALLE), de diciembre de 2023, da cuenta de que alrededor del 11,1% de las personas en esta condición son niños y adolescentes. No es casualidad, pues casi siete niños de cada diez son pobres en Argentina.
A la cuestión de la pobreza se suman otros factores, como los problemas de salud mental, adicciones y rupturas familiares. “Esto no es resultado de elecciones personales, sino que la vida en la calle responde a situaciones forzadas y refleja una clara vulneración de derechos”, señala la investigadora de CONICET, Jorgelina Di Iorio. Sus trabajos están vinculados con las desigualdades y la salud mental, focalizado sobre la población “sin techo”. Actualmente, es integrante de la Asamblea Popular por los derechos de personas en situación de calle y en riesgo de estarlo.
Según el último registro elaborado oficialmente, en Ciudad de Buenos Aires, a abril 2024 había unas 4.000 personas en situación de calle, cifra que representa un aumento del 14% con respecto a abril de 2023. Sin embargo, organizaciones sociales denuncian un sub-registro por parte del gobierno porteño: a través del ReNaCalle, realizado por ONGs, CELS y la UBA, se censó a más de 8.000 personas sin techo en CABA. Es decir, dos veces más. Un dato de principio de 2024 aportado por la ONG Proyecto 7 da un estimativo de 12.000 personas durmiendo en las calles porteñas, lo que implicaría un aumento de esta situación de casi un 34% respecto al año pasado.
Otras ciudades con alto índice de personas en situación de calle son Santa Fe, San Salvador de Jujuy, Paraná y Lanús. En este link puede descargarse el informe completo de ReNaCalle, con la información de las 11 ciudades censadas. La metodología llevada adelante por el censo fue avalada por diferentes universidades, a su vez que pudieron ampliar redes y articulación territorial, a partir de distintas organizaciones, entidades civiles y la participación de voluntarios en las diferentes localidades. Más allá del censo, se hicieron entrevistas para conocer sus historias de vida y su situación respecto al acceso a derechos básicos como salud, educación, vivienda y trabajo. Así, los datos demuestran que las personas en situación de calle en su amplia mayoría son nativas de Argentina -y no inmigrantes, como se suele señalar desde algunos sectores- y que trabajan o se encuentran en búsqueda de empleo para poder subsistir. No obstante, es importante mencionar que sólo el 1,7% tiene acceso a derechos laborales, es decir, cuenta con un trabajo registrado.
Finalmente, ante la idea de que “las personas en situación de calle están así porque quieren”, a partir de las respuestas obtenidas, “se puede deconstruir el concepto en tanto la mayoría de las personas han referido querer salir adelante a partir de tener un trabajo y/o mejorar la situación del actual. Esto es reforzado con los datos obtenidos sobre la expresión de deseo de continuar estudiando”, señala el informe de ReNaCalle.
En el mundo
A nivel global, la situación de las personas sin hogar se agrava en contextos de crisis y conflictos armados. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a junio de 2024, más de 117 millones de personas han sido desplazadas forzosamente debido a guerras, persecuciones y desastres naturales. Si a eso se suman los desastres climáticos, la situación empeora. Fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, sequías e incendios forestales, están desplazando a miles de personas. En 2023, los indicadores del cambio climático alcanzaron niveles sin precedentes, con temperaturas récord y desastres naturales, en una situación que la Organización Meteorológica Mundial consideró “fuera de lo común”.
En otras partes del mundo las razones tienen otro tinte, más vinculadas con el mercado de la vivienda, las opciones políticas, y un contexto económico desfavorable. Según el informe de la OCDE de 2023, Inglaterra tiene la tasa más alta de personas sin hogar, que incluye a quienes viven en la calle o en alojamientos de emergencia, con 43 personas sin hogar por cada 10.000 residentes, seguido por Francia con 31, República Checa con 29 y Alemania con 28.
Ahora bien, el número total aumenta cuando se incluyen personas que viven en “instituciones, viviendas no convencionales y alojamientos temporales con familiares y amigos”. Los datos agrupados muestran que el número total de personas sin hogar sólo en el Reino Unido, Francia y Alemania supera el millón y que la tendencia fue en aumento (en rigor, se duplicó) en los últimos diez años.
Otros países europeos, como España, se encuentran mejor posicionados (aparece en el décimo lugar, debajo de Suecia), pero tiene alto porcentaje de personas viviendo en la calle (40%) que llevan más de tres años en esa situación, y un alto índice de jóvenes (dos de cada diez españoles sin techo tienen menos de 29 años).
Aporofobia: violencia y delitos de odio
Las personas en situación de calle no sólo están expuestas a las condiciones del clima, “sino también al estigma social, la discriminación, la dificultad en el acceso a la alimentación e hidratación y la exposición a episodios de violencia y abuso. Estos desafíos generan sentimientos de miedo, soledad y frustración en quienes atraviesan estas situaciones”, detalla Rodrigo Cuba, Subsecretario de Desarrollo Humano de Cruz Roja Argentina, en el marco del programa “Elijo ayudar”.
Ese odio, aversión o rechazo hacia las personas en situación de pobreza es lo que se denomina aporofobia, y se manifiesta de múltiples maneras, desde insultos, abuso, violencia física e, incluso, el homicidio. El término fue acuñado en la década de 1990 por la filósofa Adela Cortina, para dar nombre a este fenómeno que afecta especialmente a las personas en situación de calle. La reconocida escritora y académica española vio la necesidad de un término que nombrase específicamente esta realidad, tan grave como la xenofobia, el racismo o la lesbofobia. El término fue admitido por la RAE en 2017.
Según lo recogido por el censo de las organizaciones sociales y la UBA, casi un 54% de las personas encuestadas declararon haber sufrido violencias durante el tiempo que están en calle y un 52,3% de las mujeres y personas trans y travestis identificadas. Esto quiere decir que 1 de cada 2 mujeres, travestis o trans han sufrido violencia de género. Por otro lado, 1 de cada 4 personas en situación de calle ha sufrido violencia por parte de las fuerzas de seguridad del estado, materializada mediante expulsión del espacio físico, violencia física, insultos e intimidaciones y la detención injustificada.
Detrás de los números, derechos humanos
Muchas organizaciones llevan adelante campañas para asistir, contener y visibilizar a las personas sin techo. Por caso, el programa “Elijo ayudar” de la Cruz Ruz Roja Argentina, lleva adelante distintas acciones enfocadas en dar respuesta a sus necesidades urgentes. Además de brindarles kits de higiene personal, kits de abrigos, realiza entrevistas de salud y medición de signos vitales, y un relevamiento para conocer las distintas cuestiones que puedan requerir de una atención prioritaria en un centro de salud. Se puede ser parte del voluntariado, registrándose en este link. Otras de las organizaciones civiles que trabajan para colaborar con las personas en situación de calle son: “Amigos en el camino”, Proyecto 7 , ONG abrigar, Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), CELS, Cáritas, Ciudad sin Techo, Fundación Hechos, Fundación manos Abiertas, Fundación Multipolar.
El hogar es esencial, por ejemplo, para conseguir un empleo y poder mantenerlo, o para recuperarse de un problema de salud. Son, en definitiva, derechos esenciales, enmarcados en la Declaración Universal de 1948 de Naciones Unidades y uno de los propósitos de la Agenda 2030. Visibilizar esta problemática y trabajar para revertir este escenario, con las personas en situación de calle o con riesgo a estarlo, es una obligación de los Estados y un compromiso de quienes sostenemos un sistema de valores basado en la solidaridad, empatía y la igualdad.-
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